Resumen
El conocimiento, uso y aprovechamiento de los recursos de los territorios, mediante proyectos que mejoren las condiciones de vida de sus habitantes y contribuyan a la generación de riqueza en las regiones, son los objetivos del grupo de investigación IGNEA (Innovación en Ingeniería y Gestión de Negocios de la Economía Agrominera). Los diferentes usos de minerales y rocas, bajo esquemas de administración y aprovechamiento, les permiten a las comunidades de los diferentes territorios obtener mejores usos y desempeños de los mismos. IGNEA construye propuestas que utilizan y optimizan el uso de diferentes minerales y rocas, en complemento de actividades agropecuarias y de otros negocios rurales, en beneficio de las comunidades y los territorios. Algunas de estas propuestas, como el mejoramiento en la producción de azufre y en las capacidades para administrar emprendimientos, o el diseño e implementación de espacios habitables, son el resultado de diversos usos dados a los recursos de los territorios, como fruto de la investigación multidisciplinaria.
Introducción
Los planteamientos estratégicos tratan de entender las ventajas que posee una entidad determinada, las posibilidades de transformación y los retornos que ella puede ofrecer en el futuro. En el caso de los territorios mineros, el grupo de investigación IGNEA se aproxima al entendimiento de las variables que allí se cruzan, como agua, bosques, animales, comunidades, aire, carreteras, energías o depósitos minerales, todos actuando a la vez sobre un mismo conjunto.
Con nuestro trabajo, aportamos a la construcción de planes, estrategias y políticas que permitan planificar los posibles futuros de las regiones y lograr un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles en los territorios. La minería puede ser desarrollada de manera responsable y los resultados de su proceso extractivo inciden de manera directa sobre las variables del territorio. Mejores planes, construidos con el apoyo de la ciencia, permitirán minimizar los impactos negativos sobre los demás componentes del territorio, como los bosques, el agua, el aire y los ecosistemas en general, así como maximizar y distribuir la riqueza generada a partir de la explotación y transformación de las rocas y los minerales, lo cual se reflejará en mejores servicios sociales, mayor conocimiento, mejor inversión social, mejores capitales para la inversión en nuevos negocios, diversificación de conocimientos y actividades económicas productivas en el territorio, mejor infraestructura y opciones de mejores futuros para todas las generaciones.
Resultados relevantes
Los resultados de nuestros estudios parten de la realidad de las comunidades, así como de sus expectativas, su cosmogonía y su relación con la tierra y el territorio; por ejemplo, de la visión de propiedad colectiva de un resguardo indígena, un Consejo mayor con propiedades de comunidades negras o una agrupación campesina, con mucho apego a su territorio, pero desprotegida por la ley y las autoridades. En cada una de estas comunidades, la situación de la minería empieza en desventaja frente a la integración y el desarrollo económico de la región, y ante las posibles situaciones cuando llega una empresa minera, dando lugar a un proceso de desplazamiento, alteración y deterioro de las condiciones de vida, sin oferta de participación en el nuevo negocio del territorio.
La clave es la sostenibilidad económica de la comunidad y lo que esto significa en su desarrollo social. El punto más importante se refiere a las capacidades existentes en el territorio, y las que pueden sembrar el proyecto minero. Definitivamente, hay que erradicar de esta relación el asistencialismo, que algunos presentan como filantropía o esconden bajo una pretendida "responsabilidad social empresarial". Los modelos de los nuevos agronegocios, o procesos de industrialización en los territorios, son una construcción conjunta de planes de negocios, con la suficiente estructura y sostenibilidad.
La metodología de valoración de capitales y su inclusión en los nuevos negocios del territorio permiten valorar capitales naturales diferentes a los minerales, la importancia del agua y los riesgos naturales. Se trata de valorar la capacidad instalada en infraestructura, energía y servicios públicos (muchas veces construidos por la comunidad con apoyo del Estado), así como las capacidades y competencias de la población y, en especial, lo que representa el capital social de las comunidades en cuanto a su organización y estructura, jerarquía, cultura, respeto a la autoridad y organización comunitaria. Esta valoración favorecerá el diálogo en iguales condiciones, de modo que no se sustraigan los actores sino que se complementen. La sostenibilidad económica de las comunidades en relación con la minería debe apuntar a un beneficio mutuo, en el que se garantice la generación de riqueza colectiva.
No se debe desplazar las comunidades ni sus negocios; la sostenibilidad de la empresa minera se construye de manera colaborativa con los territorios, y en especial con sus habitantes.
Los recursos
La tierra ofrece diferentes tipos de recursos naturales que se definen como los elementos suministrados de manera natural sin intervención del hombre para fabricarlos, y que pueden ser aprovechados por este para satisfacer sus necesidades; históricamente, estos elementos han sido puestos al servicio del crecimiento individual y colectivo.
Dentro de los recursos naturales encontramos los no renovables, que son los recursos que tienen presencia en cantidades fijas o cuya tasa de regeneración es muy lenta y no es significativa en la escala humana; a medida que son utilizados, se van agotando, disminuyendo así las cantidades fijas o disponibles. Ejemplo de estos son el carbón mineral, los metales como el cobre, el hierro y el aluminio, y otras sustancias útiles, como el petróleo. Hay algunos elementos importantes que explican el trabajo que se desarrolla en el grupo de investigación IGNEA (Innovación, Gestión, Negociación, Emprendimiento, Agronegocio).
El primer elemento está relacionado con el uso cotidiano que se le da a los recursos del subsuelo, específicamente a los minerales. La mayoría de los elementos que usamos en la cotidianidad tienen relación directa o indirecta con los minerales: de manera directa, cuando se usan materias primas minerales para su elaboración; de manera indirecta, cuando en el proceso de fabricación se utilizan herramientas o máquinas elaboradas a partir de materias primas minerales. El hombre depende en gran medida de los recursos minerales.
El segundo elemento tiene que ver con el hecho de que los recursos minerales tienen una distribución geográfica estática y deben explotarse donde se manifiestan; por tanto, las zonas que presentan estos recursos tienen ventajas que se deben aprovechar.
El tercer elemento consiste en que si el proceso de explotación se hace de manera responsable, puede generar y distribuir riqueza en los territorios, lo que permite aumentar la calidad de vida de sus habitantes y mejorar las opciones productivas que fortalezcan la economía de estos territorios.
Se presentan a continuación los desarrollos temáticos que resultaron de los proyectos realizados en comunidades indígenas, de negritudes y campesinas, bajo el lema "buscar la sostenibilidad integral de las comunidades, en relación con la transformación y el aprovechamiento de los recursos minerales del subsuelo", con planes y estrategias que permitan el aprovechamiento de un recurso mineral del subsuelo para el fortalecimiento económico.
Se ha desarrollado un trabajo continuo durante más de diez años, en los cuales se han establecido lazos fuertes de trabajo con comunidades, empresarios y el gobierno, que han permitido construir planteamientos sobre la gestión de los territorios con intervención minera. Algunos de estos proyectos son:
Emprendimiento en comunidades indígenas
Este proyecto vinculó al grupo con comunidades indígenas en el Departamento del Cauca, en asocio con el CRIC, Consejo Regional Indígena del Cauca. El objetivo era generar capacidades de administración de recursos y permanencia del negocio, pues se observa que algunas comunidades tienen derechos para la explotación de diferentes minerales pero presentan grandes problemas en la sostenibilidad de las empresas. Una de ellas explota calizas, una roca utilizada en enchape, como suplemento para los fertilizantes utilizados en la agricultura y como materia prima para la elaboración del cemento. Esta comunidad Nasa del Norte del Cauca, además del conflicto que afecta su territorio, debe armonizar la explotación minera con otras actividades y resolver varias dificultades con quienes no están de acuerdo con la actividad minera en su misma comunidad. El compromiso consistió en fortalecer las capacidades empresariales y técnicas para el mejoramiento de la producción y comercialización de la roca. Fue una transferencia de conocimientos a las comunidades, orientada a fortalecer las capacidades empresariales y a incentivar los emprendimientos que transformen la riqueza contenida en el subsuelo en riqueza que pueda contribuir a consolidar las economías de estas comunidades.
Estos resultados se reflejan en la organización empresarial, en la planeación y ejecución de los recursos y en un mejor aprovechamiento de los materiales que se extraen en la zona. Se sembraron conocimientos para mejorar los rendimientos del proceso extractivo, la administración empresarial y su estrategia social de generación y distribución de riqueza.
Desarrollo de la factibilidad
Este trabajo se realizó en la mina de azufre natural ubicada en las laderas del volcán del Puracé, en el Departamento del Cauca. La comunidad explota este recurso mediante minería subterránea, con una figura empresarial en la cual participa toda la colectividad. Además de la cultura asociativa y de explotación colectiva, es muy importante la planeación y programación de actividades, así como la reinversión y el cumplimiento de las normas laborales y ambientales. Con este proyecto se construyó, con la comunidad participante, un modelo de empresa para el mejoramiento técnico, operacional, social, ambiental, financiero y comercial de su negocio.
Los resultados de este proyecto se vieron reflejados principalmente en el mejoramiento operativo de la mina y su planta asociada, mediante la implementación de nuevos procesos y procedimientos para el ordenamiento de las operaciones productivas. La finalidad es estructurar procesos y modelos que hagan más eficiente la producción de azufre y mejoren los rendimientos derivados de esta, y así incrementar los aportes para las comunidades que son dueñas de este producto.
Prototipos bioclimáticos
Este proyecto tiene como objeto vincular los diferentes componentes de los territorios de Isla Fuerte (Bolívar), Titumate (Chocó), El Totumo (Antioquia) y Nazaret (La Guajira) para plantear modelos de espacios habitables, como casas y centros de encuentro comunitario en las zonas de estudio, que mejoren las condiciones de habitación y el consumo energético. Estos prototipos fueron implementados en zonas no interconectadas, que se caracterizan por tener climas cálidos y húmedos que demandan grandes consumos energéticos para ventilación e iluminación.
En el proyecto se incluyó el estudio y entendimiento de componentes como rocas, fibras vegetales, luz, vientos, comunidades y conocimientos ancestrales, que en conjunto buscan construir propuestas para aprovechar estas energías en el territorio.
Algunas de las principales características consideradas en el diseño e implementación de estos prototipos fueron:
- Los cerramientos usados se diseñaron de tal manera que optimizaran las corrientes de viento predominantes en cada prototipo; tal condición permite renovar el aire caliente y húmedo del interior del prototipo mucho más rápido.
- La ubicación de los prototipos se hizo de tal manera que el poniente del sol esté incidiendo siempre sobre las superficies con mayor inercia térmica, para impedir la incidencia directa del sol hacia el interior de los mismos; asimismo, se buscó que las caras expuestas al sol naciente estuvieran protegidas por barreras vegetales.
- La geometría, las barreras vegetales, las sombras arrojadas alrededor y los colchones de aire se usaron como generadores de microclimas y se facilitó su uso como lugar de intercambio social y de descanso.
- Se incluyeron estrategias constructivas que ofrecieran a los habitantes un mayor control sobre las condiciones climáticas que inciden en los prototipos, dado que cada lugar presenta unas condiciones ambientales particulares, que cambian a escalas temporales y ciclos climáticos diferentes.
Como resultados relevantes, se entregaron e implementaron algunos modelos de espacios bioclimáticos en función de las características de los territorios en los que están ubicados. Estos prototipos obedecen al rescate de conocimientos y saberes ancestrales de los habitantes de las zonas, además de la utilización de los recursos que son comunes en las mismas. Estos recursos fueron principalmente rocas y fibras vegetales que se encuentran en cada una de las zonas.
Los modelos propuestos también responden a la disminución del uso de la energía eléctrica para proveer ventilación artificial a estos espacios, y con ello disminuir la demanda de energía en estas zonas que están fuera del sistema eléctrico interconectado nacional. Esta propuesta plantea entonces la utilización de otras alternativas y recursos del territorio en las respuestas que se brindan mediante las investigaciones realizadas por IGNEA.
Conclusiones
La gestión y la economía de los territorios mineros deben abordarse en busca de mejores resultados para la creación y distribución de la riqueza, que les permita a las comunidades entender, aprender y actuar como transformadores de los recursos que posee el territorio. Esto es, crecer en conocimiento, autonomía y decisión sobre los recursos que poseen.
El asistencialismo es un grave error; crea dependencia, no genera riqueza y no permite la sostenibilidad de los territorios. Más que fundaciones o asociaciones sin ánimo de lucro, que también son útiles, hay que impulsar las unidades empresariales que, aunque colectivas, planteen el lucro y la capitalización de riqueza que puedan distribuirse y que sean sostenibles en el largo plazo. La sostenibilidad debe generar riqueza colectiva, de modo que se puedan articular las cadenas de desarrollo en torno a las necesidades presentes.
Los actores deben favorecer la integración del trabajo. Debe vincularse a la empresa minera en negocios comunitarios productivos, donde esta sea socio promotor y no propietario, donde se compartan responsabilidades y se cree autonomía para cada negocio alterno a la minería, en el largo plazo.
Es necesario fortalecer las condiciones de negociación entre la comunidad, la empresa y todos los actores del territorio, capacitándolos en la búsqueda de relaciones de negociación sostenible. Es decir, que la comunidad adquiera capacidades, domine la operación y tenga conocimiento de sus fases, condiciones y evolución, y de su participación dentro del proceso, en especial en el administrativo y en el del plan de negocio. Asimismo, es importante capacitar de manera efectiva en gestión, manejo y administración de proyectos complementarios a la operación minera.
Otra actividad que pueden realizar las empresas mineras, cuando llegan a sitios donde ni el departamento ni el municipio tienen capacidades, es fortalecer los planes de desarrollo regionales frente a la vocación económica de las comunidades, con el fin de vincular a los actores, la empresa, la comunidad y el Estado. Hay mucho por hacer, y es fácil lograrlo cuando se cuenta con una planta de profesionales con mucha capacidad y conocimiento.
En resumen, lo más importante es considerar como activo de las comunidades el sentido que estas otorgan a la tierra, los recursos y el territorio, respetando sus posiciones y tradiciones como elemento de confianza e inclusión.